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lunes, 8 de julio de 2013

''Relato sin título'' de Ángel (2ª Sesión, 15.02.13)

Para la segunda sesión proponíamos escribir un relato de no más de dos páginas, de tema libre y en el que teníamos que incluir la siguiente cita:  Conserva tus sueños. Nunca sabes cuándo te van a hacer falta; y la palabra Cartapacio.

La lluvia caía con fuerza, maltratando furiosamente todo lo que, osado, se atrevía a descubrirse ante ella. Los truenos acompañaban a los relámpagos, y se vestían de novio, cortejando a su esposa, siempre húmeda, al altar de los cielos, donde ya se hallaban unidos celebrando se éxtasis en el mundo de los humanos. Estos corrían, despavoridos, por las calzadas embarradas. Sus pies estaban empapados por esa masa viscosa marrón que formó a los primeros hombres. Sus piernas se hallaban más que agotadas; exhaustas. Y sus ojos no acertaban a distinguir nada más que no fueran las cortantes gotas de lluvia y los resplandores dorados de los relámpagos.
Ya no quedaba nadie en las calles del solitario pueblo. Pareció como si éste hecho pudiera enfadar aún más a la pareja recién emparejada: no tenían invitados a su boda. Por eso lo techos parecían caerse. Los ruidos eran tan grandes, el chocar de las gotas en el barro,la paja y la madera, que amenazaban en sumir el pueblo en una muerte estrambótica y dolorosa. Las insignificantes personas se arremolinaban alrededor del hogar, donde lucía, dulce y seco, el caluroso fuego que mantenía sus venas ardientes. Sus ojos se mezclaban con la mirada de los humanos, temblantes y extasiados, mirando a su salvador, y rezando porque no se extinga y les acompañe en su bajada a los infiernos. Eran velos carmesí, bucles naranjas, era el último soplo de vida de los troncos condenados, de las pajas carbonizadas; eran un ráfaga de salvación. Protagonizaba un único baile; sus ojos bien atentos, sus pies bien sujetos bajo la madera quemada. Dos enamorados bailaban y se abrazaban extendiendo su calor a sus espectadores. El fuego era, en definitiva, el elemento mágico de aquella pesarosa noche. 
La tormenta había conseguido reunir a todos los villanos en sus deslavazadas casas. Pero el fuego había hecho una proeza mayor: acaparar toda la atención, todas las miradas.
La pareja de la tormenta bailaba rápida, elegantemente, extendía su esfuerzo a todo el pueblo. Pero la pareja de fuego demostró mayor eficacia. Sus pasos y amor eran calor. El duelo entre las dos parejas habñia terminado. La tormenta, derrotada, abrió el cielo y marchó, elegante y fría como había llegado, a otro pueblo, donde intentaría conseguir su tan buscada revancha contra su más fiel enemigo: el calor del fuego, el calor de la pareja que se besa y se consume eternamente sobre un amasijo de dura madera.

Ángel Varela. 1º B Bach.

1 comentario:

  1. **Había terminado (FALLO, CORRÍGELO, 4 LÍNEA EMPEZANDO POR EL FINAL).
    Es un gran relato, formas un ambiente estupendo y narras, de verdad, que maravillosamente bien. ^^)
    Yo me quede, impresionado con vuestras palabras, como siempre, para ser la primera sesión, no está nada mal, eh?

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